La profesora y matemática Emma Castelnuovo
Por el especial interés de su obra, desde el punto de vista de la Educación Matemática, y por su vinculación profesional y personal con José Martel Moreno, se exponen a continuación algunos de los aspectos biográficos y profesionales más relevantes de la profesora Emma Castelnuovo.
Nació en Roma en 1913 y fue hija de un eminente geómetra, Guido Castelnuovo. Emma Castelnuovo obtuvo su licenciatura en Matemáticas en el año 1936, por el Instituto Matemático de la Universidad de Roma, con un trabajo sobre Geometría Algebraica, materia afín a la del profesor José Martel. Este instituto es el germen del actual Dipartimento di Matematica Guido Castelnuovo de la Universidad de Roma, en honor a su padre.
La época previa a la guerra civil y durante ésta es especialmente difícil, pues debido a las condiciones políticas imperantes en Italia, con leyes contra los judíos y la posterior ocupación, se le impide cualquier tipo de actividad profesional relacionada con el entorno docente, aunque logra trabajar como profesora en el Escuela Israelita de Roma entre los años 1939 y 1943, pero la familia escapa posteriormente y consigue refugiarse en casas de amigos y hospitales, donde Emma continua ejerciendo de profesora de refugiados y perseguidos, en la clandestinidad.
Tras el final de la guerra y la liberación de Roma en junio de 1944, se presenta a oposición y obtiene por fin la cátedra en la Escuela Estatal de Enseñanza Secundaria de Primer Ciclo, donde comenzó en seguida a organizar conferencias sobre la enseñanza de las Matemáticas, y donde permaneció hasta su jubilación.
La experiencia de Emma Castelnuovo y sus aportaciones a la enseñanza de las Matemáticas han tenido una enorme influencia, no solo en las reformas de la educación secundaria italiana, sino también en el desarrollo y renovación de la educación matemática a nivel internacional; de hecho estuvo presente en congresos organizados por las sociedades de Educación matemática en diversas partes del mundo.
En 1946 da una conferencia sobre El Método Intuitivo para enseñar Geometría, y las ideas recogidas ahí le llevan a escribir y publicar su primer libro “Geometría Intuitiva”, en 1948, con un enfoque distinto y renovador de los programas oficiales vigentes en la época, y con propuestas vigentes en la actualidad.
…el objetivo principal del curso de geometría intuitiva es el de suscitar, a través de la observación de miles de hechos de la técnica, del arte y de la naturaleza, el interés del alumno por las propiedades fundamentales de las figuras geométricas y con ello el gusto y el entusiasmo por la investigación. Y este gusto no puede nacer, en mi opinión, si no es haciendo participar al alumno en el trabajo creativo. Es necesario, por una parte, animar la natural e instintiva curiosidad que tienen los niños de 11 a 14 años conduciéndoles al descubrimiento de las verdades matemáticas, tratando de darles la impresión de haberlo hecho por sí mismos, y por otra parte, hacerles sentir progresivamente la necesidad de un razonamiento lógico…
Emma Castelnuovo, 1948
En 1950 nace la Comisión Internacional para el Estudio y Mejora de la Enseñanza de las Matemáticas, (C.I.E.A.E.M.) y es nombrada miembro de dicha Comisión en 1951. A raíz de esta colaboración, conoce y comienza a trabajar con eminencias en campos relacionados con la Educación Matemática, tales como Jean Piaget, Caleb Gattegno, Pedro Puig Adam y otros.
Emma Castelnuovo visitó en diciembre de 1976, Las Palmas de Gran Canaria, para impartir un cursillo de invierno durante 10 días en la Escuela de Magisterio de Las Palmas, que incluyó prácticas sobre didáctica y recursos educativos, realizadas en la Escuela Aneja.
La invitación a la profesora fue promovida por José Martel, quien mantuvo años de amistad y correspondencia, originada por el entusiasmo mutuo que tenían por la didáctica y por la enseñanza de la Matemática; además, de esa visita dio cuenta la prensa escrita de la época, dado el enorme interés que despertó su visita.
En la correspondencia habida entre ambos profesores, destaca la invitación personal, recibida por José Martel a finales del año 1979, por parte de Emma, para asistir a un homenaje que se le haría en Roma junto a su compañera Lina Mancini.